Existen diferentes anomalías o
afecciones que al correr pueden causar dolor a nivel de los tobillos. Aunque
algunas son más severas que otras, todas pueden hacer que actividades como
correr o incluso caminar sea algo difícil y doloroso.
Lo que está claro, es que este
es un signo que nos indica que algo en nuestra base de sustentación no está en
las mejores condiciones y tenemos que hacer algo sino queremos acabar en el
“dique seco”. Además, el tobillo es un lugar donde hay muchos ligamentos y
tendones que sirven para dar movilidad a esta zona, y pueden estar siendo
afectados con una incorrecta dinámica por lo que suele agravarse con el tiempo.
¡No continúes corriendo con
esas molestias! ¡Nunca las subestimes!
Entre los principales motivos
de la presencia de dolor en los tobillos del corredor, podemos encontrar:
§ Pie Plano: Este es un pie que presenta mayor rigidez por lo que
provoca alteraciones en la adecuada técnica de carrera y en muchas ocasiones
desviaciones en la alineación del tobillo creando tensiones anómalas en los
tendones y ligamentos del tobillo.
§ Pie Cavo: Este tipo de pie también puede estar muy implicado
entre las causas que provoquen molestias en el corredor, ya que al tener menor
base de sustentación puede estar íntimamente ligado a los esguinces de
repetición. Además, por la estructura que presenta provoca mayor tensión en la
musculatura posterior de la extremidad, tensando entre otros al Tendón de
Aquiles.
§ Pronación o Supinación excesivas: Todas las desviaciones en la
alineación del tobillo van a crear tensiones anómalas en los tendones y
ligamentos, tanto en tobillos como en rodillas, caderas o espalda.
§ Incorrecta técnica de carrera: Personas “normales”, sin anomalías estructurales ni
funcionales, pueden sufrir molestias en sus tobillos debido a una técnica
incorrecta de carrera que debe de ser revisada por un experto para reeducar al
corredor.
§ Fisura/Fractura: Suelen identificarse fácilmente por el dolor e
hinchazón que ocasionan, pudiendo ser diagnosticadas con una radiografía
simple. Aunque hay que tener cuidado, ya que pequeñas fisuras sobretodo en la
zona del peroné, pueden pasar desapercibidas.
§ Artritis Reumatoide: Es una
enfermedad autoinmune. En una persona sana, se envían los anticuerpos a su
sistema inmune para luchar contra las infecciones. Pero en una persona que
padece AR, estos mismos anticuerpos eligen como blanco las articulaciones. Los
síntomas de esta enfermedad son la inflamación de las articulaciones,
disminución de su movilidad, fiebre, fatiga o hinchazón.
§ Tendinitis: Los tendones conectan el músculo al hueso, con el
tiempo y la constante tensión sobre ellos (por diferentes motivos) puede causa
pequeños desgarros, que pueden irritarse e inflamarse.
§ Síndrome
del Túnel Tarsiano: Se produce
cuando el nervio tibial posterior a su paso por el tobillo se ve afectado (por
compresión o fricción) y se inflama.
§ Esguinces: Es una
lesión que puede afectar a cualquier ligamento del
tobillo, que sucede cuando éstos se estiran demasiado, ya sea por caer mal o
falsear el pie, o mover el tobillo de forma incorrecta.
§ Tobillo débil: Se
debe a un cansancio de los ligamentos o a una deficiente rehabilitación de un
esguince, lo cual provoca inestabilidad lateral del tobillo. También puede
deberse al uso de un mal calzado o a un exceso de estrés.
Una completa exploración física,
antecedentes personales, estudio biomecánico y/o pruebas diagnósticas
adicionales son la clave para después aplicar el tratamiento idóneo a la causa
de la lesión.