Noticias Clínica Podológica Raúl Llorca


Dolor en la rodilla del Corredor

18 de marzo de 2014


En la Clínica de Podología no sólo vemos patologías limitadas al pie, muchas veces el detonante de la visita es un dolor surgido en una zona diferente, como es el caso de los dolores en la rodilla. Hay que decir que estos representan un alto porcentaje de las lesiones que vemos en el corredor. 

 
Es un dolor que cada persona lo refiere en un lugar y con unas características muy concretas. De hecho, la gama de lesiones en el corredor (distensiones o roturas de ligamentos, meniscopatías, síndrome de la cintilla iliotibial, tendinitis…) puede ser muy amplia y variada, requiriendo en ocasiones la realización de pruebas diagnósticas. 




Pero en la rodilla no todo es tan claro, ya que encontramos corredores que presentan dolores en sus rodillas que no corresponden concretamente a una patología, tratándose de un dolor no objetivable mediante las pruebas diagnósticas comúnmente utilizadas, sino mediante la experiencia del explorador. Precisamente en este apartado podría encuadrar a una de las patologías de rodilla que últimamente estoy viendo más en los corredores que acuden a la consulta: el síndrome de dolor patelofemoral (SDPF). 

El síntoma principal en muchos pacientes es el dolor debajo de la rótula, que al principio es leve y sólo se nota durante la carrera, pero que con el tiempo se hace cada vez más intenso durante la marcha e incluso también en reposo si la evolución continúa. Esta es la patología que yo denomino como “dolor fantasma del corredor” ya que a diferencia de otras lesiones, como pueda ser el daño del menisco de la rodilla, no suele haber ninguna anomalía estructural claramente visible tras la realización de rayos X, resonancia magnética o artroscopia quirúrgica. En definitiva: “nadie sabe exactamente que es lo que tienes, pero todos sabemos que de qué puede tratarse”. 

Debido a esta realidad, se ha llegado a una nueva visión del SDPF en el que el dolor mismo se entiende como la esencia de la lesión. Cualquiera de una serie de variedades de la degradación del tejido relativamente menores, como la inflamación de la membrana sinovial, una bolsa que contiene líquido lubricante de la rodilla, puede ser la base de esta estimulación nerviosa del dolor. 

 ¿Por qué sucede? 

El dolor de rodilla en el corredor, generalmente es causado por una combinación de factores que los resumiría en 3 categorías: 

a) Los errores de entrenamiento: 
  • Hacer excesivo ejercicio demasiado pronto: sobre todo cuando se inicia por primera vez. 
  • Aumento exagerado de la cantidad: distancia, tiempo o intensidad. 
  • Esto es común cuando se entrena para una competición. 
  • Cambiar el estilo/técnica de carrera. 
  • La falta de variedad: más propensos a desarrollar problemas debido a un desequilibrio muscular y al uso excesivo.
b) Factores externos: 
  • Superficie de carrera: lo ideal para las rodillas es correr en una superficie lisa, suave y nivelada. 
  • Correr en asfalto o caminos irregulares aumenta la probabilidad de lesiones o dolor. 
  • Calzado deportivo: Las casas comerciales nos bombardean con miles de modelos de calzado para runners, aunque luego tenemos la ardua tarea de asegurarnos de que los zapatos que se utilizan tienen el apoyo adecuado en el lugar preciso.
  • Traumatismos. 
c) La morfología y biomecánica: Una biomecánica deficiente se traduce en una alteración en la forma en que las fuerzas se transmiten a través del pie hasta la pierna. Estas alteraciones pueden ser muy variadas (como alteraciones en el apoyo plantar), y deben de ser estudiadas en cada caso.



¿Cómo puede evitarse? y ¿cuál es el tratamiento? 

Como todos sabemos, el mejor tratamiento para nuestra salud es la prevención, aunque incluso haciendo todo lo posible podemos llegar a sentir dolor en las rodillas simplemente por el sobreuso en la práctica deportiva. Vamos a detallar algunos aspectos clave en esa prevención, y para el tratamiento en caso necesario: 

- En primer lugar, tenemos que evitar hacer cualquier cosa que provoque dolor en las rodillas y acudir a un profesional para su valoración. En caso necesario, guardar el reposo recomendado.
- Antes y después del ejercicio, asegurarse de que se está calentando y enfriando correctamente. Evitar el sobreentrenamiento, nuestro cuerpo necesita un adecuado descanso y tiempo de recuperación cuando hacemos ejercicio.
- Es importante al incrementar el entrenamiento hacerlo de forma gradual. Una buena regla general es la del 10%, que consiste en aumentar la actividad hasta en un 10% semanal, ya sea el período de tiempo de entrenamiento, la intensidad o la distancia.
- Es mejor alternar diferentes tipos de ejercicios para trabajar más grupos musculares y evitar de esta manera los desequilibrios musculares.
- Tanto la biomecánica como la técnica de carrera empleada pueden ser causa de diversas lesiones, por lo que sería conveniente su valoración previa a la realización de actividades de mayor intensidad.
- Corregir/compensar las alteraciones en el apoyo plantar o dismetrías de extremidades lo antes posible.
- Siempre debemos considerar si la selección del calzado que utilizamos se adecua correctamente a nosotros y a la actividad realizada o por el contrario podría haber contribuido a la lesión.
- También, recuerde que debe cambiar sus zapatos regularmente. Con el tiempo, los zapatos dejan de proporcionar un buen soporte y empiezan a perder sus propiedades de amortiguación.
- Donde hay dolor casi siempre hay inflamación. Tomar un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (como ibuprofeno) de acuerdo a las instrucciones de administración, y la colocación de una bolsa de hielo sobre la rodilla de 10 a 20 minutos, tres veces al día, pueden acelerar la resolución de la inflamación.
- Se puede utilizar una rodillera durante algún tiempo para proporcionar mayor sujeción en la zona, yo recomendaría en caso de que fuera necesario las que tienen un orificio en la parte delantera, ya que proporciona soporte sin poner presión a través de la rótula.
Autor: Raúl Llorca Llorca. Para: corredordefondo.