El inicio del nuevo curso escolar coincide con la época de
revisiones médicas, entre ellas las anomalías relacionadas con los pies y
la postura de los niños.
La vuelta al cole no sólo trae libros y lápices nuevos: también alguna que otra revisión médica, especialmente en lo concerniente a la vista, fundamental para asegurar el buen rendimiento escolar, la espalda, sobre todo si los peques pasan muchas horas encorvados sobre los libros o mirando la pantalla del ordenador, o los pies, cuya salud es fundamental para el correcto desarrollo del aparato locomotor.
Es precisamente esta parte del cuerpo una de las que pasa más
desapercibida a los papás y mamás, a pesar de que prácticamente cada año
se enfrenten a la tarea de
comprar zapatos, botas y zapatillas deportivas
al inicio del nuevo curso. Desde el Ilustre Colegio Oficial de
Podólogos de la Comunidad Valenciana recomiendan elegir siempre un
calzado que sujete correctamente el pie, que
sea flexible pero con el contrafuerte duro, y que esté fabricado en
materiales naturales para favorecer la transpiración. Es decir: que respete la biomecánica y la morfología del pie.
Entre sus recomendaciones, además, también sugieren aprovechar este
período de transición al nuevo curso para prestar un poquito más de
atención a
la salud de los pies de los niños y organizar una consulta al podólogo, con el fin de evitar anomalías
que puedan derivar en problemas en otras partes del cuerpo, como las
piernas y la espalda.
¿Sabes cuáles son los problemas más comunes en los
pies de los peques?
Pie plano:
puede causar cansancio al caminar o dolor en
la planta del pie, y requiere el uso de plantillas para normalizar la
marcha de los más pequeños. En el caso de los llamados 'pies planos
patológicos', que aparecen a partir de los 8 años y que limitan la
movilidad y producen dolor, pueden requerir cirugía.
Antepié aducto:
esta anomalía se produce cuando la
mitad anterior del pie mira hacia dentro. Está causado por una
malformación de origen congénito o por una mala posición en el útero.
Aunque normalmente se endereza solo, puede requerir algún tratamiento
especial que varía en función del grado, y que puede ir desde el uso de
calzado especial o utilización de correctores nocturnos, hasta la
cirugía.
Pie cavo:
en el caso de los pies con mucho puente es
conveniente usar plantillas para acomodar las partes blandas y eliminar
puntos de presión, que pueden resultar incómodos a la hora de hacer
deporte. En los casos con deformidad progresiva o con dolor, es
importante que el especialista descarte una patología neurológica
subyacente. Si la malformación es muy acusada, también se puede operar.
Pie varo:
se da cuando el talón del niño se apoya por la parte externa, lo que requiere plantillas para corregir la pisada.
Pie equino:
también es necesario utilizar plantillas
cuando los niños sólo apoyan las puntas de los pies y no llegan a
asentar el talón en el suelo. No se debe confundir con la tendencia
transitoria de algunos niños de andar de puntillas.
Pie valgo:
se da cuando el pequeño apoya los pies sobre la
parte interna del talón y el tobillo se va hacia dentro. Es habitual
hasta los 3 años, pero si persiste más allá de los parámetros no
fisiológicos, a partir de esta edad se debe corregir con plantillas.
Artículo publicado en: Hola.com