Frecuentemente veo a
deportistas que se gastan mucho dinero en adquirir un calzado
específico para correr, con la última tecnología inventada, y luego
resulta que van con el calzado desabrochado o mal ajustado.
No sólo es necesario
elegir bien las zapatillas que nos vamos a comprar para entrenar o
correr, evaluar su estabilidad o amortiguación, si a la hora de
calzarnos para correr no nos atamos correctamente los cordones.
Esto puede sonar
como una tontería para ser discutido, pero debe ser un aspecto muy
importante a considerar en el uso de las zapatillas para correr ya que
puede evitar más de una lesión: rozaduras, esguinces, ampollas,
problemas con las uñas, tendinitis …etc.
Además en caso de
que se utilicen plantillas para corregir la pisada, llevar el calzado
mal ajustado no nos va a ayudar en nada, más bien hará que el
tratamiento sea menos efectivo.
Este es parte del
“sermón” que proporciono a los deportistas de la clínica cuándo observo
que al calzarse no se molestan en acordonar adecuadamente el mismo,
colocando el pie a presión dentro de la zapatilla o llevándolo suelto
sin ajustar. Es un aspecto simple pero muy importante para los pies.
Cada corredor, según
el tipo de pie, zapatilla y pisada debe encontrar que tipo de lazada le
funciona mejor, por lo que es conveniente probar varias formas
distintas de atar los cordones para ir cómodos y seguros.
También existe otro
sistema de ajuste del calzado al pie, como son los elásticos, mal
considerados por algunos deportistas al ver que ceden alargándose al
ejercer fuerza sobre ellos. Pero no todos los elásticos tienen la misma
capacidad de elongación, ni ofrecen la misma resistencia, por lo que si
se usan unos que no estén desgastados, no cedan demasiado y se atan
adecuadamente, podemos obtener prácticamente el mismo ajuste.
Atar bien los
cordones no hará que mejores tus marcas, pero un mal acordonado que vaya
flojo o demasiado apretado, sí que puede ser el culpable de una lesión.
Autor: Raúl Llorca Llorca. Para: corredordefondo.