Los deportes de nieve implican un sobreesfuerzo en la zona inferior de
las extremidades que puede acarrear serios problemas como sobrecargas o
problemas musculares. Además, existe el riesgo de que aparezcan ampollas
o rozaduras en los pies.
Para evitar posibles complicaciones, siga estos consejos:
-Prestar
atención al calzado. Use siempre uno que aísle la humedad y mantenga el
calor. Deben acolchar y proteger los tobillos, y adaptarse a la forma
de los pies.
-Utilizar calcetines de materiales específicos que permitan evacuar la
humedad y mantener el calor, que ajusten bien sin presionar y que no
tengan las costuras marcadas.
-Evitar el enfriamiento de los músculos. Las botas de esquí son
complejas y, cuando se llevan puestas, los pies no pueden realizar todos
sus movimientos fisiológicos, existen movimientos que se frenan y
ferulizan con ellas puestas. Por eso se debe calentar antes de su
práctica.
-Las personas que usen plantillas al caminar también deben utilizarlas
con las botas de esquí. No hacerlo supondría aumentar presiones y
fuerzas anómalas que podrían lesionar el pie o las rodillas.
-Reabrochar las botas cada poco tiempo para evitar que se desajusten con los movimientos y los cambios de volumen de los pies.
-No dejar las botas en el maletero del coche una noche entera porque esquiar con unas botas frías puede producir lesiones.
-Si practica senderismo, utilizar botas de montaña impermeables al agua y
a la nieve para mantener los pies completamente secos. También podrían
utilizarse zapatillas deportivas si son impermeables y disponen de una
suela con buen agarre y antideslizantes.
-Tras la práctica del ejercicio se recomienda realizar pediluvios de
agua fría alternados con agua caliente y finalmente fría, secarlos bien y
aplicar después una crema hidratante. Así se estimulará la circulación y
mantener en condiciones óptimas los pies del deportista.
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